Nunca es demasiado cuando se trata de conocer más sobre la enfermedad que se padece, ahondar en las precauciones y riesgos que se deben de tener siempre presentes tanto en alimentación, ingesta de líquidos, valoraciones continuas del estado y avance del órgano afectado, en este caso particularmente nos referimos a los riñones.
A manera muy general anotamos que los riñones son los grandes purificadores del organismo, ya que como el resto de los órganos del cuerpo tienen una función específica y vital, ellos se encargan de eliminar los desechos y el exceso de líquido del cuerpo, purifican, limpian y mantienen un equilibrio de sodio, fósforo, potasio, calcio y agua en la sangre. De esta manera los músculos, los nervios y otros tejidos pueden a su vez, funcionar de manera normal1.
Teniendo afectados los riñones es indispensable primeramente acudir con un Nefrólogo, que es el especialista en atender todo lo relacionado con los riñones. Él le indicará los estudios que debe realizarse para poder dar un diagnóstico certero y posteriormente proceder a los tratamientos y cuidados que correspondan de acuerdo a su nivel de afección.
Consecuentemente deberá modificar diversos hábitos como dejar de fumar, si es que lo hace, vigilar su peso y presión, hacer ejercicio en caso de no hacerlo, dormir bien, y de manera especial cambiar sus hábitos alimenticios.
Subrayamos que tanto la dieta renal como el ejercicio, deberán estar siempre prescritos por su especialista y su nutriólogo, nunca se automedique ni realice ningún cambio sin consultarlo con sus médicos2.
Sugerimos que lleve nota de los alimentos que come para poder llevar un mejor control.
Debe reducir su ingesta de sal y puede suplirla con hierbas de olor o en ensaladas agregar unas gotas de jugo de limón.
Ingiera más alimentos naturales eliminando los que vienen procesados como los enlatados y embutidos, ya que para su conservación suelen tener muchos aditamentos que no lo ayudarán con su enfermedad.
Compre productos frescos y naturales orgánicos, acuda al mercado o con su proveedor de frutas y verduras donde usted pueda elegir lo que le guste -dentro de lo permitido en su tratamiento-.
Reduzca las porciones de lácteos, e ingiera los líquidos de manera muy puntual de acuerdo a lo indicado por su nutriólogo.
En cuanto a proteína, inclínese por los pescados y consulte con su médico sobre la ingesta de otro tipo de proteína.
Alimentándose correctamente se sentirá mucho mejor físicamente y estará contento consigo mismo por cuidarse, lo que le dará una doble satisfacción, ya que como dice el refrán “mente sana en cuerpo sano”.
