Diversos medios y publicaciones especializadas coinciden en un aspecto fundamental en la vida de una persona con insuficiencia renal: la alimentación.
La mejor noticia es que sí es posible disfrutar de prácticamente cualquier alimento, -obviamente cuidando las raciones- y siempre bajo la supervisión de su médico y del nutriólogo.
En esta ocasión veremos la importancia de la alimentación balanceada, en particular señalaremos algunas sustancias que definitivamente es necesario eliminar o disminuir considerablemente.
Es sabido que los pacientes que se encuentran en tratamiento de hemodiálisis, deben evitar la malnutrición (principalmente la energético-proteíca), ya que eso disminuye la fuerza muscular y se reduce la capacidad funcional.
Proteínas ¿sí o no?
Cuando se está iniciando con la Enfermedad Renal Crónica (ERC), es imperativo reducir el consumo de proteínas (al igual que el fósforo y otros elementos), ya que esto disminuirá notablemente el avance de la enfermedad. De igual forma, en el inicio del tratamiento de la diálisis, la reducción de proteínas también ayuda a disminuir las complicaciones urémicas.
Sin embargo, cuando ha avanzado el tratamiento de diálisis, es recomendable aumentar el consumo de alimentos ricos en proteínas (en forma controlada, por supuesto) ya que estos ayudan a evitar el exceso de aporte de potasio, fósforo y sal y con ello la retención de líquidos en el organismo.
Como desafortunadamente los líquidos se convierten en agentes complicados para el organismo, es muy importante cuidar su consumo, ya que de haber una importante acumulación de estos en el cuerpo, podrían dificultar la oxigenación en los pulmones. Una buena práctica es disminuir el consumo de sal, ya que los minerales que la contienen provocan la sed y el subsecuente deseo de tomar agua; además la sal aumenta la presión arterial y puede acelerar la progresión de la ERC.
También es importante medir el consumo de las frutas y verduras que contengan muchos líquidos.
¿Y el fósforo?
La enfermedad renal suele provocar una importante acumulación de fósforo en la sangre y con ello sufrir diversos problemas como: debilitamiento de lo huesos y alta posibilidad de romperse, se pueden formar depósitos endurecidos en el corazón, vasos sanguíneos artículaciones o pulmones.
El fósforo orgánico se encuentra en ciertos tipos de queso, yogurt, pan de salvado, frijoles, nueces y semillas, chocolate, huevos y otros. Cabe mencionar que nuestro organismo absorbe solo la mitad de este tipo de fósforo por lo tanto, sí es posible consumir este tipo de alimentos en forma moderada. Sin embargo el fósforo inorgánico es aquel que se agrega a ciertos alimentos procesados y desafortunadamente el cuerpo lo asimila casi en su totalidad; por ello lo más recomendable es eliminar de las comidas los refrescos de cola, salchichas, comidas rápidas, sopas en polvo o enlatadas, embutidos y fiambres entre otros.
Para identificar qué alimentos contienen fósforo, revise la etiqueta nutrimental de los productos y si detecta cualquiera de estas palabras: “fos”, “fosfato” o “fosfórico”, preferentemente absténgase de consumirlos.
Para finalizar, le presentamos las cinco actividades fundamentales para tener una buena calidad de vida:
Alimentación balanceada I Ejercicio Físico I Excelentes hábitos de higiene I Buen descanso I Evitar sustancias nocivas
Si tiene alguna duda o comentario o desea abundar más en el tema, llámenos y con gusto lo atenderemos: (55) 5584 0441.