Desde que se es pequeños, se educa en decir “gracias” cuando se recibe algo, ya sea tangible como un objeto o intangible como una ayuda o una respuesta a algún cuestionamiento.
La palabra se ha vuelto tan cotidiana que al menos en nuestro país, se suele decir con cierta inconsistencia, es decir casi como un acto reflejo.
El propósito de esta lectura es desempolvar un poco la palabra, para sacarla del contexto cotidiano y colocarla en un nuevo espacio: consciente, reflexivo y darle una intención más real.
La gratitud puede ser una sana práctica de autoreflexión porque en su vida hay mucho por reconocer y desvelar todo lo bueno.
Estar agradecido cambia los pensamientos y el ánimo del pesimismo a una visión alegre que se irá conviertiendo en felicidad. Esto le ayudará a mejorar su percepción en general y su relación con las personas que están cerca de usted1.
Es normal que su padecimiento lo ponga en un estado de ánimo bajo que no le permite ver lo bueno que tiene a su alrededor como la familia, los amigos, la misma ciencia y tecnología que están avanzando para ofrecerle alternativas de tratamientos y sanación.
La gratitud usualmente está asociada a niveles espirituales, que no religiosos precisamente.
Sin embargo la gratitud también trabaja a nivel neuronal, ya que disminuye el miedo, la angustia y la depresión, trabajando en un área específica del cerebro que estimula el bienestar, generando la hormona oxitocina que llena de energía positiva el cuerpo2.
Así logra restablecerse un equilibrio emocional que a su vez propiciará una mejor disposición física a las terapias, impulsará una mejor actitud ante los retos que conlleva la batalla ante la enfermedad y le ayudará a reconocer su resiliencia, su fortaleza y estará agradecido consigo mismo.
Sabemos que no es sencillo agradecer cuando la salud se ve afectada, pero usted puede y debe atender el área emocional.
Trabaje cada día en analizar y observar lo mucho que tiene por agardecer y piénselo de manera consciente y sincera en mente y corazón.
Anote lo que puede disfrutar con sus sentidos, lo que recibe y también lo que usted ofrece y agradezcalo.
Realícelo como una práctica cotidiana, quizá en un principio sea complicado pero logrará hacerlo si se concientiza que hay actos que agradecer de todas las personas que le facilitan su día a día3.
La gratitud enriquecerá su espíritu y le llenará de bienestar. Hágalo, ¡usted lo merece!
1 https://lamenteesmaravillosa.com/agradecer-no-cortesia-sino-la-senal-poder-extraordinario/
2 https://www.pnlbarcelona.com/el-poder-de-la-gratitud-en-nuestro-cuerpo-segun-la-neurociencia/
3 https://www.eluniversal.com.mx/opinion/gaby-vargas/descubre-el-poder-de-un-gracias
